Sí, lo reconozco. Soy de los que piensa que echarse la siesta es uno de los placeres de la vida a pesar de que pocas veces puedo hacerlo. De hecho, solo el 16,2% de los españoles se echa la siesta cada día, el 22% a veces, y el 58,6% nunca, según un estudio de la Fundación de Educación para la Salud del Hospital Clínico San Carlos y la Asociación Española de la Cama (Asocama).
Aunque se asocie España con la siesta y, en muchas ocasiones, se haga de manera despectiva, otros países han decidido adoptar esta costumbre por sus múltiples beneficios. Oriente Medio, Latinoamérica o Filipinas la han incorporado a sus rutinas debido a las altas temperaturas en las horas centrales del día, y en Estados Unidos un 34% de la población recurre a ella a lo largo de cada jornada.
Lejos de esa mala fama de perezosos, la siesta tiene muchos beneficios para el ser humano, siempre y cuando se entienda como un sueño reparador de unos veinte minutos. Si te metes en la cama durante dos horas entonces sí, ¡el tópico se estará refiriendo a ti! Así que si eres de los que no perdonan una siesta, atento a esta serie de argumentos para que lo sigas haciendo y… ¡defiendas un hábito tan saludable!
Beneficios de la siesta
¿Sabías que el ser humano es de los pocos animales que duerme una sola vez al día? El resto alternan fases de sueño y vigilia a lo largo de cada jornada. No obstante, hay investigaciones que indican que el hombre primitivo también lo era, aunque abandonó esa costumbre para adaptarse al ritmo de vida cada vez más rápido.
Además, en los últimos cien años hemos perdido unas dos horas diarias de sueño. Por eso, dormir la siesta nos ayuda a recuperar el sueño perdido y nos asegura un estilo de vida mucho más sano. Pero, ¿cuáles son, en definitiva, las ventajas de incorporar esta rutina a nuestro día a día?
Previene las cardiopatías
La siesta ayuda a disminuir en un 37% el estrés y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La falta de sueño incrementa el cortisol, y un exceso de esta hormona aumenta la intolerancia a la glucosa y a la grasa, debilita el sistema muscular e inmunológico, y disminuye los niveles de la hormona del crecimiento, lo que puede provocar diabetes y enfermedades cardiovasculares. Cuando se duerme se libera la hormona del crecimiento, antídoto del cortisol, que estimula el sistema inmunológico, reduce el estrés y la ansiedad, ayuda a reparar los músculos y favorece la pérdida de peso.
Reduce la tensión arterial
Las personas que duermen la siesta tienen una tensión arterial un 5% más baja de media que aquellas que no lo hacen, según un estudio del hospital Asklepieion de Voula (Grecia).
Alivia tensiones físicas
Un descanso a mitad de jornada nos ayuda a reponer toda la energía que hemos consumido a lo largo de la mañana. Tanto si has estado entrenando como trabajando, una siesta y… ¡como nuevo!
Mejora los reflejos
Un estudio de la NASA a 747 pilotos demostró que aquellos que dormían una siesta diaria de 26 minutos cometían un 34% menos de errores en el trabajo y duplicaban sus niveles de alerta.
Favorece el aprendizaje
Las personas que duermen la siesta rinden más por las tardes y aumentan en un diez por ciento su capacidad de aprendizaje, según un estudio de la Universidad de Berkeley. El sueño permite afrontar nuevos conocimientos y fijar los ya adquiridos de modo que el descanso tras el almuerzo aumenta la productividad de los trabajadores y el rendimiento escolar de los niños.
Aumenta la concentración
Existen numerosos estudios que demuestran que la siesta contribuye a mejorar cualquier tarea que suponga recordar listas de palabras o de objetos. El sueño facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo y deja espacio para nuevos datos. Durante el sueño, los recuerdos recientes se transfieren del hipocampo al neocórtex donde se consolidan los recuerdos a largo plazo.
Estimula la creatividad
La siesta estimula la actividad de la zona del cerebro (el hemisferio derecho) que se asocia con esta capacidad, según un equipo de neurólogos de la Universidad de Georgetown.
Mejora el estado de ánimo
¿Quién no se encuentra más despejado y de buen humor después de una siesta reparadora? Dormir llena el cerebro de serotonina, el neurotransmisor que regula el sueño, el apetito y el estado de ánimo. Por tanto, cuanto más descanses mayor sensación de bienestar y mejor estado de ánimo tendrás.
¿Has visto? ¡Ni vagos ni perezosos sino todo lo contrario! Echar la siesta es invertir en tu salud porque, como ya te expliqué en un post anterior, el descanso forma parte del entrenamiento. Así que no lo dudes, coge la manta y echa una cabezadita sin remordimientos. Y si te has propuesto llevar una vida más saludable y, además de incorporar esta buena costumbre, necesitas que te echen un cable con los entrenamientos o con la alimentación, ¡escríbeme! ¡Antes de que te des cuenta estarás viviendo tu mejor versión!
© Copyright 2026 - Orlander.es | Aviso Legal | Política de Privacidad | Política de Cookies |